"Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado" (Milton, El paraíso perdido, canto I).
Siempre me han dejado una sensación agridulce estas estatuas....es como las gárgolas, que me repelen y atraen a la vez.
ResponderEliminarNo soy muy de ángeles caídos...me gustan más los angelitos negros de Machin. Besos
ResponderEliminarprobablemente de las mejores estatuas que conservamos en Madrid
ResponderEliminarVengo de ver Ángeles y Demonios y, bueno, mi interpretación de la imagen en este momento no es la más idónea!
ResponderEliminar(Llego a tu blog desde otro lugar que visito. El nombre me indujo inicialmente a error y luego...la curiosidad me dejó caer por aquí).
Mis saludos
MENDA: Como a ti las gárgolas me atraen y me repelen a la vez. Este monumento es especial ya que varias veces lo busqué por el Retiro y nunca lo enecontré; esta vez por fin pude llegar hasta él.
ResponderEliminarWINNIE: jejjejeje!!
DIDAC: Pues sí, es fantástica.
CHOUSA: Bienvenida, si no soy indiscreta ¿qué pensaste cuando leístebel título? espero que te pases por aqui cuando te apetezca.